Se enfrentó a empresa para defender la playa Punta Lobos y ahora está en la cárcel
Por Redacción/Mongabay
La captura de John Moreno aumentó el encono social contra un proyecto inmobiliario de origen estadounidense que está desplazando playas, manglares y dunas, y que va rodeando poco a poco a un tranquilo pueblo de pescadores del Pacífico mexicano.
Cada madrugada los pescadores de Punta Lobos salen en sus lanchas a altamar para perseguir algún barco camaronero y darles pan, galletas y refresco a los tripulantes a cambio de cabezas de camarón para utilizarlas como carnada.
Lo hacen por necesidad, en el fondo aseguran que preferirían no depender de ello. Los barcos suelen llegar a las playas de Todos Santos, en Baja California Sur, desde el vecino estado de Sinaloa y practican la pesca de arrastre, lo que implica que se llevan toneladas de camarón y también de crías de pez lenguado, la especie que los pescadores artesanales trabajan y protegen.
Las cabezas de camarón son para los pescadores y los lenguados pequeños vuelven muertos al mar. Por eso, durante décadas, los integrantes de la Cooperativa Punta Lobos han visto cómo se tiran por la borda toneladas de peces muertos y lo han comentado con enojo en sus ratos de descanso por las tardes, cuando termina la jornada.
Pero este es hoy el menor de sus problemas: el gobierno mexicano aprobó en 2013 la construcción de un hotel en la playa Punta Lobos y el abogado que los defendía, John Moreno Rutowski, ha sido encarcelado en plena contienda legal contra la empresa que desarrolla el proyecto.
En el 2004, muy lejos de ahí, en Colorado, Estados Unidos, el Grupo Black Creek gestó una multimillonaria sociedad de negocios inmobiliarios a la que denominó Limited Partnership Interests in Black Creek México Residential Fund, LP para hacer inversiones “principalmente en México”, como lo dejaron en claro en la Security and Exchange Comission, la institución que vigila que se cumplan las leyes en los mercados de valores de ese país.