Trabajadores hacen labores consideradas esenciales sin tener contrato ni seguro ante COVID-19
“Ahora es más trabajo pero menos sueldo. Que ‘límpiele arriba, las mamparas, los elevadores, las taquillas, los pasamanos’. Estoy para que me manden, lo que quieran yo les lavo, pero que den bolsas para cubrirse la cara, para estar también protegidos, porque, no crea, aquí pasan y me estornudan o me avientan un tapabocas y yo lo alzo; siento que sí me voy a infectar, pero me la juego, porque no me queda otro remedio”.
La señora Martha, 56 años, carga en una mano la cubeta de agua negrísima y en la otra el trapeador con el que lavó ella sola los pisos de la estación del Metro Centro Médico, intersección de dos líneas del transporte masivo de la Ciudad. Ella sola está a cargo de la limpieza de toda la estación, porque eran siete trabajadores en total, pero ya los mandaron a sus casas por ser todos adultos mayores.
“Yo soy la única chavita, tengo 56 años, por eso me dijeron: ‘usted se queda a hacer todo’. Como yo estoy sola aquí, me hacen trabajar mis descansos sin pagarlos. Yo ya estoy mala, me acabo de caer por lo mismo que no sé qué me pasa, pero se lo dejo a Dios. No tengo descanso desde que se fueron los compañeros, me han dejado a mí sola en esta área, y yo con gusto lo hago, pero quiero mi dinero, ni más ni menos, mi dinero completo, pero no llega”.