Dos periodistas asesinados en México y otro más en Honduras marcan un marzo nefasto para las Américas
IFEX-ALC
Fueron semanas complicadas para el continente. De la violencia extrema en México y Honduras, donde fueron asesinados periodistas, a los atropellos de los gobiernos de Venezuela y Cuba pasando por las formas sutiles, pero peligrosas, de la desinformación en Estados Unidos.
Termina el tercer mes del 2019 y en México la violencia no para. Ni el cambio de Gobierno, ni las nuevas estrategias, ni los mecanismos de protección logran detener la ola de ataques a periodistas y medios que convierte al país en uno de los más peligrosos del mundo para ejercer la profesión.
En un mes dos periodistas murieron a manos de sicarios y dejan un total de cinco asesinados en lo que va del 2019. El 16 de marzo el periodista Santiago Barroso fue atacado a balazos frente en su domicilio, ubicado en el municipio de San Luis Río Colorado, en Sonora. El comunicador de 47 años recibió al menos tres impactos de bala al abrir la puerta de su casa. Días después, el 24 de marzo, fue encontrado el cadáver del periodista deportivo Omar Iván Camacho en la comunidad La Escalera, en Sinaloa.
El mismo lunes 25 el presidente Manuel López Obrador reconoció las falencias del Mecanismo de Protección a periodistas. Sin embargo, de acuerdo con nuestro miembro, Articulo19, todavía hace falta que el Gobierno se comprometa a desarrollar una política integral de protección para frenar la violencia hacia la prensa.
Honduras suma números a esta lista lamentable con el asesinato del periodista Gabriel Hernández, acribillado a balazos el sábado 16 de marzo al regresar a su casa. El caso se suma a un creciente deterioro de la libertad de expresión en el país donde, según denuncia nuestro miembro C-Libre, se utiliza el poder judicial para silenciar las voces críticas.
Este mes se hicieron tres años del asesinato de la activista hondureña Berta Cáceres, quien pasara su vida creando un movimiento de defensa de derechos indígenas. Cientos de manifestantes salieron a las calles exigiendo justicia. Sigue sin saberse quiénes son autores intelectuales.
Venezuela tampoco da tregua. En marzo, el gobierno de Nicolás Maduro mantuvo su presión y hostigamiento a medios de comunicación, reforzando la postura antidemocrática por la que es condenado en diferentes países y organizaciones. El punto álgido del mes fue el secuestro y la detención arbitraria del periodista Luis Carlos Díaz, ante lo cual la red IFEX-ALC emitió un comunicado exigiendo su libertad plena.
Quien sí logró la libertad plena fue, por su parte, el periodista freelance alemán Billy Six, que volvió a su país luego de pasar cuatro meses encarcelado. Se le acusaba de espionaje y de violar áreas de seguridad.
Al mismo tiempo, el bloqueo de Internet y la presión sobre los medios independientes, así como el uso abusivo de la posición dominante del pool de medios oficialistas, mantienen limitado el acceso a la información sobre la crisis venezolana dentro del país.
Mientras tanto, en Estados Unidos se preparan para las elecciones de 2020 y se atiende con especial recaudo a la desinformación y las noticias fraudulentas. Un reporte de nuestro miembro PEN America alertó sobre la normalización de este tipo de tácticas en las campañas electorales y en el ecosistema político de Estados Unidos. Además, PEN reveló que la “desinformación rusa” continúa siendo una “amenaza silenciosa” para las elecciones de ese país.
A nivel continental, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió su informe anual, en el que alertó que en varios Estados persisten patrones de violencia y estigmatización contra la prensa. Preocupan especialmente la represión y criminalización de las protestas sociales, además de la persecución a periodistas y a voces críticas.