Así se destruye la tierra para construir un nuevo aeropuerto en México
Por Redacción/RT
“Esto no es una mina de oro o hierro, pero sí es una mina de donde se extrae la tierra con la que construyen al menos dos pistas del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. El daño es impresionante”, dice Octavio Jiménez Rivera, abogado y habitante del municipio de Tezoyuca.
La tierra a la que hace referencia lleva el nombre de tezontle. Es roja y contiene multitud de minerales, lo que la hace muy fértil. Sin embargo, donde antes había una montaña de unos 1200 metros sobre el nivel del mar ahora existe el hueco que deja su ausencia y, al fondo, se pueden contemplar grandes tractocamiones que remueven esta tierra roja. Es el Estado de México, cuna de la versión actual del Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido que siempre ha gobernado la entidad.
Desde finales de 2015, a decir de Octavio, de 300 a 500 vehículos diarios transportan esta tierra y al menos otros 20 cerros similares están siendo afectados. Muchos de ellos son parte de la zona natural protegida Sierra del Patlachique y los vehículos operan en el lugar sin ningún tipo de autorización. Las empresas constructoras –Edificadora CICSA, del multimillonario Carlos Slim; la constructora ICA; y la española FCC Construcción– están extrayendo esta tierra para hacer el aplanado de las pistas que serán parte del proyecto aeroportuario, pese a las restricciones que las autoridades locales les han puesto.
Desempolvada en 2014 por el Gobierno de Enrique Peña Nieto, la idea de construir un nuevo aeropuerto para sustituir el que ahora tiene la capital mexicana se concretó en un proyecto de los arquitectos Fernando Romero y Norman Foster, que contemplaba un diseño de vanguardia que aparentemente estaría en convivencia con el medio ambiente. Sin embargo, desde que fue anunciado, el rechazo y la oposición a la construcción no se hicieron esperar.
Nuevo aeropuerto
Desde el año 2001, año en que el Gobierno de Vicente Fox anunció su mayor proyecto de infraestructura, la idea de un nuevo aeropuerto sobre lo que alguna vez fue el esplendoroso lago de Texcoco despertó el enojo de las comunidades afectadas, en especial en el municipio de San Salvador Atenco.
Con la creación del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), las comunidades campesinas lograron estructurar una organización que se movilizó y frenó el proyecto del Gobierno foxista. En aquel entonces, a pesar de los escenarios de represión a la movilización, de la muerte de un comunero y de tener los medios masivos de comunicación jugando a favor del Gobierno federal, campesinas y campesinos echaron abajo el decreto presidencial que permitía la construcción del aeropuerto sobre tierras comunales.