La incertidumbre es más aguda en tiempos del coronavirus: padres de los 43
Isael Rosales Sierra/DesInformémonos
En tiempos oscuros por el coronavirus, su hechizo, su misterio, lo convierte en problemático; las incógnitas que produce la causa de la muerte, su contagio masivo y el que no exista cura alguna se hace más grande la llama de la incertidumbre. La incertidumbre es una sensación que las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos han padecido en 68 meses de un proceso de verdad y justicia que los gobiernos se niegan a darla. Es más pesado y gris la realidad en momentos donde la normalidad es el encierro, sin embargo, es cuando más les llega los recuerdos de sus hijos. Estos días eternos donde las madres y los padres son vigías; se sientan en la puerta por si llegan, en la hora de comer de pronto como si se equivocaran sirven un plato de comida de más… la verdad es que falta alguien que está ausente; quien sabe dónde estará y eso parte el corazón. Es como si estuvieras muerta en vida, como si te arrancaran el futuro.
Tener un hijo desaparecido es vivir en una constante incertidumbre, es una agonía, sobre todo ahora que estamos encerrados por el coronavirus y que no podemos salir a gritar a la calle; exigirle al gobierno el paradero de nuestros hijos. Todo se nos queda como un nudo en la garganta. Así se agudiza la preocupación como cuando inicio este dolor, esta angustia. Se renueva el dolor. Estamos como empezamos, imaginando que pasó y con más preguntas.