El sueño mexicano: solo 2% de los pobres pueden llegar a ser ricos
Por Redacción/Animal Político
México cuenta con una de las tasas de movilidad más bajas en el mundo que impiden que el 98 % de las personas que nacen en condiciones de pobreza y desigualdad escalen socialmente, de acuerdo al Informe Desigualdades en México 2018, de El Colegio de México.
Al principio fue apenas una mínima aspiración, luego la idea le hizo nido en la cabeza hasta volverse un proyecto de vida. Diana, de 19 años, quería estudiar Química en la UNAM. Su plan era dejar Teopisca, en Chiapas, donde vivía con sus padres y hermanos, mudarse a Ciudad de México para estudiar en una de las mejores universidades y luego integrarse a un equipo de desarrollo y evaluación de fármacos en una empresa o quizás en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav).
Desde niña sus profesores le dijeron que tenía aptitudes sobresalientes y su promedio fue siempre de los más altos del grupo. Su sueño tenía bases y estaba segura que podía entrar en la UNAM. O eso creía antes del examen de admisión: obtuvo 45 aciertos de 110.
A Sophia no le preocupa el examen de ingreso a la UNAM. Estudiante de segundo año de preparatoria en una escuela privada de Ciudad de México, tiene planeado cursar sus estudios universitarios en el extranjero. Todavía no se decide entre derecho, relaciones internacionales, leyes, historia o economía.
A la joven de 18 años lo que le preocupa es su país y quiere aportar, así que aprovechará el apoyo que pueden brindarle sus padres para migrar, como su hermano que estudia cine en Barcelona, España. Sophia cursó el segundo año de secundaria en Canadá y sabe que tiene una ventaja competitiva por estudiar en el extranjero, misma que tomará para capacitarse y luego regresar a México.
Diana no tendrá esa opción. Unos meses antes del examen de admisión ya le habían advertido que podría no quedar en la UNAM. Con el apoyo de un programa para impulsar a niños, niñas y jóvenes con talento para la ciencia, llegó a Ciudad de México para hacer un examen muestra. “Con esa prueba nos dimos cuenta que su nivel académico en matemáticas era como de primero de secundaria, en geografía estaba a nivel primaria”, dice Gabriela de la Torre, directora del Programa Adopte un Talento (PAUTA).
Diana se quedó varios días en la ciudad, trabajando con un asesor que intentó ponerla al corriente. “Corroboramos que tiene aptitudes sobresalientes, porque logró casi nivelarse en matemáticas, pero el atraso que traía era en todas las materias”, afirma de la Torre.
Diana y Sophia son mexicanas y tienen los mismos derechos ante la ley, pero no en la realidad. Su lugar de nacimiento y su estrato socioeconómico han marcado su destino e irán ensanchado las desigualdades entre ambas a lo largo de su vida, como documenta el informe Desigualdades en México 2018, elaborado por El Colegio de México.