La dura carta de la FIP a Peña Nieto por la violencia contra periodistas
Por Redacción/Proceso
Muy dura fue la carta que envió el pasado 30 de junio el secretario general de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), el francés Anthony Bellanger, al presidente Enrique Peña Nieto.
El secretario general de la FIP -la organización gremial más grande del mundo que representa a 600 mil trabajadores de la prensa de 140 países- también le dice a Peña Nieto que “es realmente preocupante la escasez de respuestas que, debido a la debilidad de sus partidas presupuestarias y la falta de voluntad política, viene destinando su gobierno tanto al Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas (…) como a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la libertad de Expresión (FEADLE)”.
No sólo consideró “aberrante” que este año no les haya asignado recursos a ambas instancias, sino que además lamentó “que en el curso de su mandato, lejos de resolverse, el escenario haya empeorado notablemente”.
Pero la carta de Bellanger no fue la única que en esa fecha transmitió la FIP al gobierno mexicano. El organismo dirigió otra al procurador general de la República, Raúl Cervantes, la cual está firmada por el presidente de la FIP, el veterano periodista belga Philippe Leruth.
Como la del secretario general, la misiva de Leruth destaca igualmente por su severidad.
En una parte reconoce que “México no es el único país en el que los periodistas pagan con su vida su voluntad de cumplir con su deber de informar”. Pone como ejemplo los casos de dos periodistas franceses y uno iraquí que murieron recientemente en las calles de Mosul, donde seguían los avances de las tropas iraquíes contra el grupo terrorista Estado Islámico.
“Tales muertes, aunque son intolerables, se pueden entender en el contexto de un país en guerra”, le escribe Leruth al procurador Cervantes, para después aclararle que, “las muertes de los colegas mexicanos, sin embargo, son doblemente intolerables, no sólo porque México no es un país en guerra, sino también porque sus asesinos quedan impunes en más de un 90% de los casos”.