80 zapatos van por el mundo para denunciar que, en México, la vida de los desaparecidos vale… nada
Por Redacción/Sin Embargo
Familiares de las más de 32 mil personas víctimas de desaparición forzada en México han donado 80 zapatos al colectivo Huellas de la Memoria. Simbolizan todos los caminos que han recorrido en su búsqueda y que acompañan con una carta donde exigen justicia y señalan a los responsables.
La exposición, compuesta por mensajes plasmados en suelas de calzados verdes (desaparecidos), negros (localizados muertos) y rojos (asesinados durante el proceso), ha recorrido desde marzo ciudades de Inglaterra, Francia, Italia y el 4 de julio se inaugurará en la Fundación Heinrich Böll Stiftung en Alemania.
La primera desaparición forzada documentada es de 1969, en el marco de la matanza de Tlatelolco, y a partir de entonces en ningún gobierno desde Gustavo Díaz Ordaz se han dejado de perpetrar desapariciones, por lo que en Huellas de la Memoria se cruzan las primeras historias con las más recientes, expuso Alfredo López Casanova, curador de la obra.
En el evento estuvieron Ana Enamorado, quien desde hace siete años y medio busca a su hijo Óscar Antonio, migrante hondureño que desapareció en Jalisco, así como Guadalupe Pérez Rodríguez, cuyo padre desapareció en la sierra de Puebla cuando él tenía seis años. En su lengua materna, el totonaco, no existe el concepto de desaparición. Se la impusieron en su vida.
Óscar Antonio López Enamorado desapareció en 2010. Ana, su madre, decidió “dejar todo atrás” y venir de Honduras a México en 2012 para buscarlo. “No tengo a Óscar, no tengo nada”, se repite. Lleva cinco años siendo víctima de “los atropellos, amenazas e intimidaciones” por parte del ministerio público y Fiscalía de Jalisco.