Exigimos al Estado Mexicano que la búsqueda de las personas desaparecidas y la demanda de justicia no le cueste la vida a las familias buscadoras. El Estado debe garantizar su seguridad.
Imagen: Twitter @CMDPDH
Movimiento Por Nuestros Desaparecidos en México
- La madre buscadora Araceli Rodríguez sufrió un grave incidente de seguridad después de haber presentado una comunicación individual ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la búsqueda de su hijo Luis Ángel. Este incidente no ha sido esclarecido, Por otro lado, tampoco se ha garantizado la seguridad y protección de Araceli para continuar con la investigación.
- Durante los últimos años ha trascendido el asesinato de más de cinco familiares que buscan a sus seres queridos, cuyos casos siguen impunes. Nadie quiere sumar más nombres a esta lista. Las familias buscadoras tienen derecho a la justicia, la verdad, la investigación y la seguridad.
El pasado 30 de marzo, la madre buscadora Araceli Rodríguez hizo de conocimiento público un incidente de seguridad que vivió el 4 de marzo en la carretera Chilpancingo cuando volvía de Acapulco, Guerrero. Tanto ella como sus escoltas de la FGR fueron interceptados por un comando armado que les golpeó, amenazó, robó sus pertenencias y les dejó amarrados en la carretera.
Diversas organizaciones nacionales e internacionales se han pronunciado en solidaridad con Araceli, quien busca a su hijo, Luis Ángel, desde hace más de una década. Es fundamental señalar que este incidente ocurrió tan sólo unos días después de que ella presentara una comunicación individual al Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en contra del Estado mexicano y que luego de recibir la comunicación sobre el caso, el Comité de Derechos Humanos solicitó al Estado mexicano adoptar medidas provisionales de forma inmediata con el objetivo de realizar todas las acciones necesarias para determinar el paradero del hijo de Araceli, sin embargo, a más de un mes de está solicitud, el Estado mexicano ha sido omiso y no ha realizado acciones para dar cumplimiento con lo solicitado por el Comité, que dicho sea de paso, representa una obligación para el Estado mexicano
Esto nos lleva a un escenario en donde es innegable que existe un contexto de apatía, criminalización y vulnerabilidad en contra de las buscadoras y los buscadores. Es importante señalar que en los procesos de búsqueda de sus seres queridos, las familias asumen tareas y riesgos que no les corresponden, y aunque la participación en la búsqueda y la investigación del paradero de sus familiares es un derecho fundamental, estos procesos no deberían realizarse sin la seguridad necesaria y los cambios estructurales correspondientes. Esto quiere decir, fortalecer los procesos de justicia y judicialización de los casos de personas reportadas como desaparecidas, terminar con la impunidad en las investigaciones de desaparición forzada y desaparición asociada a delitos, combatir la criminalización desde la función pública y el trabajo conjunto con los colectivos y familias que contribuya a la reconstrucción del tejido social.
Son las familias buscadoras quienes conocen y padecen de primera mano todas las falencias que los sistemas -de búsqueda, de justicia y de víctimas- tienen para con ellas. Ahora, se suma la inseguridad.
Durante los últimos años ha trascendido el asesinato de más de cinco familiares que buscan a sus seres queridos, cuyos casos siguen impunes. Con mucho dolor recordamos los asesinatos de: Javier Barajas, Arantza Ramos, José Nicanor Araiza, Brenda Jazmín, Rosario Lilian Rodríguez, Esmeralda Gallardo, María Carmela Vázquez. Nadie quiere sumar más nombres a esta lista y exigimos justicia para sus casos y los anteriores a 2021.
Es por ello que para las familias el ataque a una buscadora no resulta un hecho aislado, sino una situación que se ha agravado durante los últimos años. Nos preocupa la integridad física y mental de Araceli, así como de otras buscadoras quienes no han hecho públicos los incidentes vividos. Instamos al Estado Mexicano a garantizar la seguridad de Araceli, así como la de cientos de familiares que todos los días salen a buscar a sus seres queridos en contextos de violencia extrema.
Por las que ya no están, Por las que han sido asesinadas y asesinados, Por todas las que buscan. ¡Hasta Encontrarles!