Tres años sin Miroslava Breach
El juicio contra el hasta ahora único culpable del asesinato de la periodista Miroslava Breach, concluyó el pasado 18 de marzo con una sentencia condenatoria. La pena que deberá cumplir en prisión se conocería el 20 de abril. La Fiscalía solicita 70 años de cárcel.
Desde el inicio, la Fiscalía Especializada en Delitos Contra la Libertad de Expresión (FEADLE) al igual que las organizaciones acompañantes del caso perseguían un mismo objetivo: la culpabilidad del sentenciado. Con el fallo condenatorio se escala un primer peldaño en la consecución de justicia. Aún queda un largo camino por recorrer, pues como declaró Rosa María Breach, hermana de Miroslava, en conferencia de prensa en CENCOS, “este fallo judicial es una esperanza; tenemos claro que una verdadera justicia no lo es hasta que se ponga en la balanza de la ley a todos los involucrados, sean estos del crimen organizado o de la cúpula del gobierno”.
A lo largo de las cuatro semanas que duró el juicio declararon más de 60 testigos, entre familiares, periodistas, políticos panistas, analistas, policías de investigación, agentes ministeriales y el Fiscal General del estado. “El hecho de tener una sentencia condenatoria el día de hoy va a generar también un impacto importante dentro del expediente para poder ir avanzando hacia los otros niveles de participación que se generaron en el crimen”, precisa el titular de la FEADLE, Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, en entrevista a CENCOS.
Aunque no era la primera vez que Miroslava Breach recibía amenazas, estas aumentaron a partir de un artículo publicado el 4 de marzo de 2016 en La Jornada titulado “Impone el crimen organizado candidatos a ediles en Chihuahua”. En él detallaba la imposición de candidatos a puestos de elección popular de bandas rivales del crimen organizado (La Línea y Los Salazar) en la sierra de Chihuahua.
La FEADLE y Propuesta Cívica —organización que brinda asesoría legal a la familia de Miroslava— solicitaron al juez que tuviera en cuenta dos aspectos clave a la hora de dictar sentencia: la perspectiva de libertad de expresión y de género. “Demostramos en el juicio cómo, previo al asesinato, Miroslava fue víctima de persecución y víctima de acoso; cómo los victimarios la espiaron en su domicilio, la siguieron en todas sus actividades cotidianas. Quisimos que eso fuera tomado en cuenta porque desgraciadamente las violencias se recrudecen cuando se trata de mujeres periodistas”, explica Sara Mendiola, directora de Propuesta Cívica, en entrevista a CENCOS.
Miroslava publicó varios artículos en los que denunció saqueos, abusos, miedo y colocación de políticos al gusto de narcotraficantes. “Silencio es complicidad” era su lema. Una mujer que no rebela fuentes y que no desdice lo dicho crea, al menos, confusión en una población como Chínipas, donde el grupo delincuencial Los Salazar imparte su ley desde hace, al menos, 20 años.
No en vano el crimen de Miroslava abrió preocupantes zonas de silencio en Chihuahua y en todo el país. “Quienes mataron a Miroslava Breach de alguna forma lograron su cometido, que fue silenciar a aquellos reporteros que se atrevían a denunciar. Por eso este juicio puede ser un gran precedente para dar un mensaje contrario: que no se puede callar a un periodista, que es posible acabar con la impunidad”, asegura Balbina Flores, representante de Reporteros sin Fronteras en México, en entrevista a CENCOS.
Jan-Albert Hootsen, representante del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) y uno de los observadores del juicio, lo resume en una sola frase, en entrevista a CENCOS: “Justicia incompleta es impunidad total”. Por eso, cuando se trata de libertad de expresión en México, tanto el caso de Miroslava como el del reportero sinaloense Javier Valdez, asesinado en mayo de 2017, son calificados como “emblemáticos”; en otras palabras, deberían ser ejemplo de justicia, verdad y reparación integrales. Aunque, en realidad, la verdadera conquista sería que nunca más se repitieran.