Ante la ausencia del Estado, madres, hijas y esposas aprenden a rastrear a sus familiares
María Esparza Quintana/Desinformémonos
Ciudad de México. Desaparecer en el contexto actual, es un acto público, nunca es una acción autodeterminada. Cuando sucede, es por mano de otros y en forma obligada, con motivación de sometimiento, e impunidad. Desaparecer en este país muestra un total ejercicio de poder como históricamente es siempre, a través del miedo y la violencia.
La desaparición es una de las problemáticas más importantes en el país y parte de la agenda gubernamental del actual sexenio. Para el Estado, la desaparición tiene un rostro masculino, el informe nacional de fosas y personas desaparecidas y no localizadas, muestra que, desde la década de los 60 hasta diciembre del año pasado, el número incrementó de 40 mil 180 a 61 mil 637 personas en calidad de desaparecidas, donde 15 mil 835 son mujeres.