Reportear en tiempos de Covid-19
La situación que enfrentamos a nivel mundial derivada del COVID-19 ha resultado en una profundización de los problemas que ya conocemos. La recomendación de quedarse en casa para protegerse y evitar la expansión de la enfermedad se vuelve un lujo que muy pocas personas se pueden permitir, pues necesitan salir a buscar el sustento diario. La falta de cobertura de derechos como el de la salud se ha puesto en evidencia de forma mucho más grave en este momento. Dicha exposición tan rotunda de los problemas no es ajena a la labor que realizan las personas periodistas.
En la mesa de diálogo organizada por el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) cuatro periodistas compartieron la experiencia de su trabajo en este momento tan peculiar. En el encuentro virtual expusieron sus preocupaciones, hablaron sobre cómo las noticias falsas afectan su labor y compartieron su visión de los cambios que vendrán en el oficio tras la emergencia sanitaria.
Jorge Ulloa, realizador audiovisual, quien durante las primeras semanas de la pandemia en México dio positivo al virus, ha usado su experiencia para convertirse en portavoz de la comunicación verídica con su círculo cercano. Según él, el trabajo principal de reporteros y reporteras es ser un medio para hacer llegar la información derivada de fuentes oficiales. Por fortuna Jorge ha tenido todo el apoyo de la empresa en la que trabaja en la actualidad.
Sin embargo, las personas participantes compartieron experiencias de colegas que no han tenido la misma suerte que Jorge. Algunas compañías han optado por reducir los salarios de sus periodistas; mientras que en otros casos no han destinado recursos suficientes para obtener material de protección como mascarillas o caretas, a pesar de que la naturaleza del oficio obliga a la mayoría de reporteros a salir a las calles y estar en lugares de alto contagio como hospitales.
Ante los riesgos y la preocupación de un posible contagio se suma el impacto emocional del trabajo. Miguel Dimayuga, fotoperiodista, comenta que llevar a cabo las recomendaciones de especialistas ha sido todo un reto. Para él es muy importante atender la salud mental de los y las periodistas; en su caso recibe acompañamiento y recomienda a sus colegas comunicar cualquier tipo de preocupación o miedo como consecuencia de las situaciones y escenas de dolor que deben presenciar a diario.
Sashenka Gutiérrez, fotoperiodista, destaca el rol del periodismo en situaciones de crisis para denunciar posibles abusos. En su trabajo ha sido testigo de situaciones difíciles, como el peregrinaje de familias por encontrar un hospital donde atiendan a sus seres queridos o la detención de periodistas sin argumentos legales por el solo hecho de estar cubriendo la noticia.
Para la periodista Neldy San Martín, quien en los últimos días se ha dedicado a seguir las historias de personas que no pueden despedirse de sus familiares víctimas del COVID-19, la clave está en acercarse a las personas con empatía y no solo desde el dolor. Añade que es fundamental verificar la información de manera rigurosa, así como sucedió tras el temblor de 2017. Para ella, el principal reto después de la crisis sanitaria será desarrollar un periodismo especializado que ayude a comunicar y explicar de forma adecuada esta situación.
Las y los panelistas coincidieron en que la ciudadanía juega un papel importante al confiar en el periodismo de calidad y evitar la difusión de información falsa. A la lucha contra las noticias sin verificar se suma la violencia que siguen padeciendo reporteras y reporteros por el solo hecho de realizar su labor. Se mantienen las amenazas en un momento en el que han aumentado el miedo y la polarización.
En días pasados se dio a conocer la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras, allí México aparece en los últimos lugares de la lista; en América Latina solo se ubica delante Venezuela, Honduras y Cuba. El reporte señala que se mantienen los círculos de corrupción e impunidad que afectan directamente a los y las periodistas. Un panorama complejo en un contexto tan urgente, en el que la libertad de expresión sigue estando bajo amenaza.