Periodista y defensor de derechos humanos es víctima de detención arbitraria, tortura psicológica y desaparición forzada en Orizaba, Veracruz
Redacción/Artículo 19
Ciudad de México, 8 de julio de 2018.- Los días 3 y 5 de julio de 2018, el fotógrafo, catedrático y defensor de derechos humanos, Oliver Coronado Paz, fue víctima de actos intimidatorios, detención arbitraria, desaparición forzada, amenazas y tortura psicológica por parte de elementos de la policía municipal de Orizaba, Veracruz.
Desde el martes 3 de julio, alrededor de las 11: 40 horas, mientras el periodista se encontraba esperando en una parada de autobús para dirigirse a la Universidad Veracruzana (UV), comenzó a tomar unas fotografías, al terminar guardó su celular y siguió esperando. Sin embargo, minutos más tarde arribo una patrulla de la policía municipal en la que iba un solo elemento a bordo. El elemento descendió del vehículo, entró a un gimnasio que estaba en el mismo sitio donde Oliver esperaba su parada y al salir comenzó a interrogarlo.
El periodista narró a ARTICLE19: “Me abordó diciéndome su nombre: José Luis; y después de presentarse me preguntó: “¿Es usted de por aquí?”. Le respondí que soy de Río Blanco y que a ese lugar llegaba para tomar mi autobús para el trabajo. Siguió preguntando: “¿A qué se dedica?” Le expliqué que trabajo para la Universidad Veracruzana y que soy maestro; que además soy periodista, y le comenté que tengo una página de internet de información. El oficial continuó diciendo: “Se lo pregunto porque lo vieron tomando fotografías aquí enfrente, y ya sabe usted cómo están las cosas”. Le respondí que sí, que efectivamente había tomado algunas fotografías ya que también soy fotógrafo y reafirmé mi labor como periodista.” Oliver, sin estar obligado a identificarse o mostrar las fotografías lo hizo para demostrar que tenía voluntad de cooperar y no estaba realizando nada malo. Aparentemente hasta ahí había llegado el incidente.
Sin embargo, el día 5 de julio estando en esa misma parada a las 11: 40 horas volvió a arribar la patrulla de policía municipal PA-35, con tres oficiales a bordo; dos de ellos portando armas largas y el tercero con una pistola en el cinturón. Al descender del vehículo, ingresaron de igual manera al gimnasio y al salir se dirigieron al fotógrafo. Uno de ellos, identificado con el nombre de Omar Damián se acercó y volvió a interrogarlo pero esta vez empuñando el arma y con el dedo cerca del gatillo. Oliver respondió los cuestionamientos, sin embargo expresó que se sentía intimidado pues nunca había ocurrido que a la misma hora, en el mismo lugar, fuera abordado de esa manera por la policía y menos mientras empuñaban su arma, sin embargo el policía únicamente se burló, le explicó que era por seguridad y que se trataba de una “entrevista de rutina” porque les habían reportado que estaba tomando fotografías.
Oliver trató de informarles que eso había ocurrido dos días atrás y que había cooperado a pesar de no tener la obligación. Ante esto los policías reaccionaron de manera intimidante acercándose mucho más al periodista y gritándole que no se pusiera “pesado” y siguieron interrogándolo respecto a la toma de fotografías, además de requerirle sus identificaciones y tomando los datos de ellas.
Minutos más tarde, la pareja sentimental de Oliver comenzó a tratar de comunicarse con él pues vía mensaje alcanzó a informarle que los policías se habían acercado a él. Los policías al percatarse que la pantalla del celular de Oliver se reclamaron por estar grabando, por lo que él respondió el celular para demostrarles que no era así, sin embargo reaccionar de manera más agresiva amenazando con detenerlo por responder el celular.
“El oficial me gritó: “¡No contestes, no puedes contestar!” y amenazó: “Guarda el teléfono porque si no, ahora sí te voy a remitir y te voy a poner el dispositivo”. A partir de ahí en varias ocasiones uno de los policías identificado como Isidro, amenazaba con ponerme el dispositivo. En ese momento traté de informar a mi novia los nombres de los oficiales que me tenían retenido, y el número de la patrulla en la que había llegado. De nueva cuenta me gritó el oficial Isidro amenazándome: “si no guardas el celular te va a ir peor”. A partir de ese punto, una vez que yo había podido informar telefónicamente los nombres de ellos y lo que estaba sucediendo, todos ellos se pusieron verbalmente más agresivos contra mí, en una clara intimidación hacia mi persona. Le informé a mi novia que iba a colgar porque ellos no me estaban permitiendo utilizar el teléfono”, narró Oliver Coronado para ARTICLE19.