Aprendí español y fui a otro país por justicia: Valentina, indígena que puso a 2 militares en prisión
Por Redacción/Sin embargo
Valentina tenía 17 años de edad el 16 de febrero de 2002. Ese día lavaba ropa en un arroyo cercano a su casa, en la Barranca Bejuco, en Guerrero, cuando elementos del Ejército la interrogaron sobre el paradero de “encapuchados” en la zona. Después la golpearon, la amenazaron y dos soldados del 41 Batallón de Infantería del Ejército mexicano la violaron. La agresión la presenciaron otros seis uniformados, quienes se burlaron de ella.
La activista destacó que tuvo que aprender hablar español para poder alzar la voz, para ser escuchada y aún así, el gobierno de México jamás le creyó e incluso se burló de ella. Su país no solo le negó el acceso a la justicia sino que el Gobierno le puso obstáculos para llegar hasta donde llegó hoy.
Ciudad de México, 18 de junio (SinEmbargo).- “Al Gobierno que no me creyó, que nunca me hizo caso, que se burló: hoy puedo demostrar que siempre dije la verdad […]. Salí de Mexico a buscar justicia a otro país en donde sí fui escuchada, donde me creyeron porque yo siempre dije la verdad”, destacó Valentina Rosendo Cantú tras lograr, después de 16 años, la sentencia condenatoria por tortura sexual contra los militares que la violaron en 2002.
El pasado 1 de junio, la juez Iliana Fabricia Contreras Perales, del Juzgado Séptimo de Distrito en el Estado de Guerrero, sentenció a dos militares a 19 años de prisión por la tortura sexual contra Valentina Rosendo Cantú, joven indígena me’phaa.
La condena se deriva de la disculpa pública que el Estado ofreció a Valentina Rosendo en 2011, luego de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) emitió, en 2010, una sentencia contra el Estado Mexicano por su falta de respuesta para proporcionar justicia en el caso.
Valentina Rosendo Cantú dijo hoy, en rueda de prensa, que la sentencia tiene un gran significado no sólo para ella sino para favorecer a muchas mujeres, porque marca una precedente.