Cada ciudadano paga en promedio 101.47% más en impuestos que lo que pagaba al inicio del sexenio
Por Redacción/Sin embargo
El Gobierno de Enrique Peña Nieto logró lo que parecía imposible: cargarle aún más la mano a la base cautiva de contribuyentes. De un promedio anual (per cápita) de 11 mil 244.14, pasó a 22 mil 654.04 pesos. Si se compara el cierre de 2012 y 2016, es un aumento del 101.47 por ciento.
Analistas consultados por SinEmbargo señalan que pese a estas cifras hacen falta medidas para que la política fiscal funcione de manera adecuada: que el Gobierno federal combata la desigualdad, porque los más ricos son los que menos aportan; que se aumente la base de contribuyentes para evitar recargar el pago de impuestos en quienes ya pagan, y que los recursos se utilicen de manera estratégica.
“La política fiscal tiene un gran problema que Hacienda no ha podido subsanar a través de los años, que es el incremento de la base de contribuyentes de una manera equitativa y equilibrada. El grueso de la recaudación está en los asalariados, está en las empresas y hay mucha informalidad que el fisco federal no ha podido atacar […] o llevar al padrón de contribuyentes”, sostiene el maestro Roberto Colín Mosqueda, miembro de la comisión fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México, quien apunta que la falta de cultura en el pago de los impuestos deriva de que los ciudadanos “no lo vemos reflejado en algo palpable: mejor seguridad, mejor educación, mejores servicios”.
Ciudad de México, 14 de septiembre (SinEmbargo).- El monto recaudado por el Gobierno federal por la vía de los impuestos se duplicó proporcionalmente para cada ciudadano si se compara el cierre del año 2012 al del año pasado, pese a que los gravámenes no han sufrido grandes modificaciones desde 2014, cuando fue aprobada la Reforma Fiscal.
Durante el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, la tributación promedio por persona aumentó 101.47 por ciento, al pasar de un promedio anual (per cápita) de 11 mil 244.14 a 22 mil 654.04 pesos, indican datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Sistema de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
A pesar del incremento en las recaudaciones, los analistas consultados por este medio digital señalaron que hacen falta medidas para que la política fiscal funcione de manera adecuada: que el Gobierno federal combata la desigualdad, porque los más ricos son los que menos pagan; que se aumente la base de contribuyentes para evitar recargar el pago de impuestos en quienes ya pagan; y que los recursos se utilicen de manera estratégica.
“Hace falta una perspectiva distinta sobre nuestra política fiscal […] . Esta perspectiva debe de dirigirse a que las personas con menos recursos adquieran bienes y servicios públicos de calidad; […] que la política de gastos se dirija a combatir las desigualdades […]; que se dé más información transparente acerca de la manera en que se recauda y se gastan [los impuestos]; […] y que por la vía de los ingresos se recaude más de quienes injustamente no han pagado lo que deben”, explicó Iván Benumea, investigador de justicia fiscal de Fundar, Centro de Análisis e Investigación.
El alza en la recaudación se hace más evidente si comparamos el acumulado de impuestos durante los primeros siete meses de 2017, con el acumulado de los primeros siete meses de 2012 -cuando Felipe Calderón Hinojosa aún era Presidente de la República-.
En ese periodo de tiempo, el promedio de las contribuciones per cápita de los mexicanos aumentó en 111.03 por ciento (al pasar de 6 mil 608.37 a 13 mil 945.44 pesos por persona), lo que significaría que cada individuo que radica en nuestro país (alrededor de 123.5 millones de personas al 2017) contribuyó proporcionalmente con el doble de impuestos que hace cinco años.
Y es “proporcional” porque no todos los ciudadanos pagan impuestos. Actualmente, poco más de 62 millones de personas físicas y morales (empresas) contribuyen por la vía del tributo fiscal.
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