XXVIII Informe 43: El naufragio por la verdad
Tlachinollan
Nuestro renovado compromiso por la defensa de los derechos humanos en la montaña y Costa Chica de Guerrero, hunde sus raíces en la lucha por la sobrevivencia diaria de decenas de familias indígenas y afromexicanas que no encuentran en sus territorios sagrados y encantadores un modo digno de vivir.
Padecen el saqueo secular, el despojo de los políticos y empresario, el desprecio y maltrato de quienes ejercen el poder político.
Son víctimas de la violencia de los militares, de la guardia nacional, de los policías municipales, estatales y miembros del crimen organizado. Cargan con el flagelo de la discriminación racial y étnica por parte de una población mestiza que reproduce el coloniaje de los usurpadores del poder político.
La violencia machista institucionalizada por el sistema de justicia estatal hace más cruento el sufrimiento de las niñas y mujeres indígenas sumidas en el olvido gubernamental y encadenadas por el yugo patriarcal que se reproduce en las prácticas comunitarias que las relegan y subordinan como si fuesen monedas de cambio. Su lucha tenaz nos inspira y oxigena nuestro corazón. Su ejemplo nos anima y fortalece. Su testimonio y su amor inagotable nos reconforta y revitaliza para no desfallecer en esta Montaña de agravios.
A las familias jornaleras que son víctimas de la explotación laboral y la desatención de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
A los familiares y colectivos de más de 106 mil personas desaparecidas en nuestro país que forman parte de la memoria digna y sagrada ante un sistema de justicia que siempre ha protegido a los militares, políticos de alto rango, policías y narcos.
A las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, que han demostrado su temple y su calidad moral para desenmascarar los intereses truculentos del fiscal general de la república que ha dado un golpe de timón a las investigaciones para proteger a los militares y sucumbir en el naufragio por la verdad.