Informe sobre el caso de Regina Martínez Pérez: una de las periodistas más destacadas asesinadas en México en los últimos veinte años
CPJ/Freedom Press Unlimited/Reporteros Sin Fronteras
Regina Martínez Pérez era una prolífica periodista del estado de Veracruz, en México, uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas, con unas tasas de homicidio comparables a zonas en guerra como Iraq o Afganistán. Desde 2006, Veracruz registra una tasa especialmente elevada de asesinatos de periodistas, y el 28 de abril de 2012, Regina Martínez Pérez fue brutalmente asesinada en su casa de la ciudad de Xalapa. A lo largo de su carrera, Regina denunció un gran número de abusos de los derechos humanos sucedidos en Veracruz e informó valientemente sobre la corrupción de los funcionarios públicos. Fue una de las periodistas más destacadas asesinadas en México en los últimos veinte años.
Regina era corresponsal de Proceso, una importante revista de actualidad progresista conocida por sus impactantes publicaciones, relacionadas, entre otras cosas, con la corrupción y la narcopolítica. Cuando Veracruz se enfrentó a una situación de violencia extrema por una guerra territorial entre el cártel de Los Zetas y el cártel de Jalisco Nueva Generación, Proceso destapó los supuestos vínculos entre funcionarios públicos y el crimen organizado. Debido a la sólida reputación de Proceso y su alcance nacional, estas publicaciones se convirtieron en un motivo de preocupación para las autoridades de Veracruz. Varios periodistas relacionados con Proceso se han enfrentado a amenazas debido a sus eficaces investigaciones y a sus reportajes críticos.
Regina fue asesinada en el punto álgido de las tensiones en Veracruz en un contexto de intensificación de los ataques contra los periodistas. El 28 de abril de 2012 la hallaron estrangulada en el baño de su domicilio. Su brutal asesinato motivó una ola de indignación y los periodistas y las organizaciones en defensa de la libertad de prensa instaron al Gobernador de Veracruz a investigar el asesinato y a llevar a los autores ante la justicia. Seis meses después, la policía efectuó un arresto en relación con el caso y entre octubre de 2012 y octubre de 2014 tuvo lugar el juicio, que supuso la condena de Jorge Antonio Hernández Silva, uno de los dos sospechosos del asesinato. Aunque el Gobernador lo consideró un éxito, la investigación policial fue muy criticada entre diversos expertos y observadores, que señalaron considerables anomalías en la investigación oficial.
Con el fin de abordar las diferentes cuestiones relacionadas con la investigación oficial y de descubrir la verdad sobre el asesinato, realizamos nuestra propia investigación del caso. Nuestro equipo de investigación revisó exhaustivamente los expedientes oficiales del caso y entrevistó a los testigos principales. Los resultados de la investigación plantean nuevas dudas sobre la exactitud y legitimidad de la investigación oficial del asesinato de Regina Martínez Pérez. Asimismo, hallamos varias pistas que convendría investigar en profundidad. Los principales resultados de la investigación son los siguientes:
1. La condena del principal sospechoso del asesinato, Jorge Antonio Hernández Silva, se basa en una confesión que se obtuvo en circunstancias muy cuestionables. Durante nuestra investigación, el sospechoso declaró que fue detenido ilegalmente un mes antes de realizar la confesión y recibió instrucciones específicas de la policía con respecto al contenido de esta. Asimismo, declara que fue torturado para que diese su confesión oficial.
2. La investigación también plantea serias dudas sobre la precisión y fiabilidad de la declaración de un testigo ocular, Diego Hernández Villa, que fue fundamental para articular la acusación de la fiscalía contra el sospechoso condenado. La acusación de la fiscalía se basa en parte en dicha declaración, que afirma que la noche del asesinato, Regina Martínez Pérez compró cerveza en la tienda de Rosa María Balderas Espíndola. Nuestro equipo de investigación descubrió este testigo ocular había fallecido. Además, en una entrevista, Rosa María Balderas Espíndola declaró que Regina no había acudido a su tienda la noche del asesinato y que Regina solo bebía una marca de cerveza que ella no vendía.
3. Con el fin de hallar posibles pistas sobre el asesinato, el equipo de investigación revisó todas las publicaciones de Proceso que podían haber motivado las amenazas contra la periodista. Nuestra investigación también documenta una serie de amenazas realizadas en los últimos diez años contra periodistas que han indagado sobre el asesinato de Regina Martínez Pérez. Las amenazas más graves estaban dirigidas contra el periodista de Proceso Jorge Carrasco, que tuvo que ser puesto bajo la protección de la policía federal durante tres años por su investigación del asesinato de Regina, un claro indicio de que había personas interesadas en evitar que la verdad saliese a la luz.