Para muchos migrantes, el sueño americano se volvió pesadilla e inician el regreso a sus países
Redacción / Animal Político
Maritza del Carmen Méndez, una salvadoreña, ha dejado de contar los días para lograr “el sueño americano”, y dice estar dispuesta a ser deportada a su país de origen, al menos hasta que “las aguas se calmen”. Salió sola desde Ahuachapán, El Salvador, y se unió a la caravana, ahora cuenta que para ella se acabó, es hora de regresar a casa.
“He perdido la cuenta de cuántos días llevo caminando, creó que salimos el 31 (de octubre) de allá y pues creó que llevamos 24 días aproximadamente. La mayoría piensa establecerse aquí y ver si pueden sacar papeles para la visa humanitaria, eso dicen, yo ya no quiero, se está poniendo muy feo, no quiero que me maten si entro por la frontera a Estados Unidos, me voy a regresar, ya luego veré”, expresa.
En los últimos días algunos de sus compatriotas iniciaron su retorno, y piensa que este regreso voluntario aumentará en conforme pase el tiempo.
Maritza, como muchos integrantes de la caravana, salió de su país por la falta de empleo, extorsiones, y las nulas oportunidades para salir adelante, pero por el momento, prefiere regresar pues quedarse en México, dice, no sería cumplir con lo que había soñado, para ella “todo se volvió pesadilla”.