Ni un solo empresario, mexicano o extranjero, ha pagado por la muerte de un minero en 200 años
Por Redacción/Sin embargo
Elvira Martínez, viuda de uno de los 63 mineros que nunca fueron rescatados de Pasta de Conchos, dijo que hoy, a 12 años de la tragedia, buscan evidenciar a las empresas extractivas que no invierten en las condiciones de seguridad de los trabajadores, pues aquel 19 de febrero de 2006 se abrió una ventana a lo que es la minería “fue el destape de todas las condiciones de los trabajadores de las mineras”.
Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo).- La actividad minera en México ha provocado la muerte de 3 mil personas desde que se iniciaron las actividades de extracción hace 200 años. De acuerdo con el informe “El carbón rojo de Coahuila: aquí acaba el silencio”, esta cifra es consecuencia de la complicidad que hay entre el Gobierno y los empresarios, que derivan en condiciones laborales que rayan en la esclavitud moderna.
El documento elaborado por los familiares de los 63 mineros muertos en la mina de Pasta de Conchos y por la organización Heinrich Böll, enfatiza en que en esos 200 años y por esas 3 mil vidas, ningún empresario ha recibido algún castigo.
Rodrigo Olvera, miembro de la Organización Familiares Pasta de Conchos, dijo en conferencia de prensa que esas 3 mil muertes se entienden por la protección del Estado y con la impunidad, ya que no solo fallan las inspecciones de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) sino también está la protección a las empresas y el abandono de la región carbonífera, que está en Coahuila.
Hay dos datos que permiten dimensionar las condiciones de los trabajadores de la mina de carbón: uno, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tardó más de 20 años en dar protección a mineros; y dos, hasta la fecha, en la región o hay un hospital de especialidades que atienda la silicosis, que es la enfermedad propia de minero de carbón, que respira un polvo que se impregna en los pulmones hasta que ya no pueden respirar.
Sin embargo, eso termina por afectar a toda la comunidad, ya que las minas y la lavadora de carbón conviven con los hogares. Además de la silicosis, también hay padecimientos oculares y enfermedades en la piel.