El Gobierno alardea por “avance” laboral, pero se crea empleo que paga entre 1 y 3 salarios mínimos
Por Redacción/Sin embargo
En México es el empleo el que destina a una vida en la pobreza. A pesar de los números positivos de empleos generados en los últimos cinco años, una serie de problemas que la administración…
Con un país que tiene a la mitad de su población en condiciones de pobreza y también a la mitad con un empleo informal, la generación de trabajos de calidad parecería una necesidad urgente para poder entrar a un círculo virtuoso de empleos bien remunerados que activen el mercado interno y así, abonar al crecimiento económico.
Pero el saldo de la política laboral del país es negativo. Sí hay más empleos, según el IMSS, pero su calidad es cuestionable. Y aunque los expertos señalan que una de las formas más eficientes de combatir la pobreza es con empleo, en México parece que trabajar condena a las personas a vivir en la pobreza.
Pero a pesar de ello, en radio, televisión y prensa, el spot de los 3 millones de empleos generados en esta administración, ya presume el logro alcanzado y que ninguna administración anterior pudo hacer. Lo que el anuncio no aborda es el tema salarial, el poder adquisitivo, la inflación, la informalidad, la brecha de género, las prestaciones de ley, el crecimiento del país.
Este es el saldo del primer sexenio que funcionó con la Reforma Laboral heredada por el anterior Presidente, Felipe Calderón Hinojosa.
Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo).– En México es el empleo el que destina a una vida en la pobreza. A pesar de los números positivos de empleos generados en los últimos cinco años, una serie de problemas que la administración de Enrique Peña Nieto arrastra no darán espacio a una fiesta para el Presidente y sí provocarán que la calidad de vida de las familias mexicanas siga vulnerada.
El salario y su poder adquisitivo, los empleos y las prestaciones, coinciden especialistas, son un problema que requerirá de medidas prontas e inteligentes que puedan dar a mujeres, jóvenes, hombres, personas de la tercera edad, una mejora en su calidad de vida y al país un mejor crecimiento.
Los números laborales de México plantean una crisis. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) expone que el 56 por ciento de los asalariados son informales en México y por el nivel de desarrollo ese porcentaje debería ubicarse en el 25 por ciento.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), del primer trimestre de ese año, muestra que la Tasa de Desocupación es del 3.5 por ciento, mientras que la Población Ocupada Informal está compuesta por 29.7 millones de personas.
Además, en el primer trimestre de 2017, todas las modalidades de empleo informal sumaron 29.7 millones de personas, para un alza de 1.8 por ciento respecto a igual periodo de 2016 y representó 57.2 por ciento de la población ocupada.
Otros 14.2 millones conformaron específicamente la ocupación en el sector informal, cifra que significó un aumento de 3 por ciento anual y constituyó 27.3 por ciento de la población.
El Presidente Peña Nieto habla de los 3 millones de empleos generados, pero omite un detalle: la mayoría de esos empleos creados ofrecen salarios de entre uno y tres salarios mínimos.
Un estudio realizado por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que en un contexto en el que las autoridades han participado en la imposición, durante décadas, de un salario que “año tras año alcanzan para menos”, se ha observado una caída “ininterrumpida” del poder adquisitivo del salario desde la década de los 80.
En 2016, el valor de la canasta básica se situó en 218 pesos, pero con un salario mínimo no puede comprarse ni la mitad de la Canasta Alimenticia Recomendable para un hogar de cuatro personas y esa situación ya lleva varias décadas.
De los 52 millones de personas que son el total de la Población Ocupada en México, al menos el 69.3%, es decir, 36 millones de personas tienen ingresos menores a lo que la Constitución señala que debería ser el salario mínimo [cantidad suficiente para satisfacer todas las necesidades básicas].
En los últimos cinco años, el poder adquisitivo del salario ha caído 11.11 por ciento, cuando el Presidente ha dicho públicamente que ha tenido una recuperación real del 15 por ciento; el aumento de 2016 a 2017, se esfumó con la inflación que provocó el aumento a las gasolinas desde el 1 de enero de 2017.
De 2012 a 2016, sólo 68 mil 249 personas dejaron de vivir en condiciones de pobreza, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). La cifra es estática desde 2008, ya que de esa fecha a la actual, sólo han salido de la pobreza cerca de 500 mil personas por año.
“Que la cifra de pobres esté estática, trae como consecuencia a corto plazo, un descontento social y que las familias no tengan para vivir. A largo plazo limita el crecimiento económico, de por sí tan reducido y totalmente insuficiente para lo que requiere este país. Ninguna de las reformas estructurales dio beneficios económicos para el país ni generó la cantidad de empleos prometidos ni el crecimiento que se esperaba a estas alturas de este sexenio, que mínimo tendríamos que estar creciendo al 5 por ciento. No sucedió y no va a suceder. Dijeron que las condiciones externas no lo habían permitido, pero ¿por qué no hicieron las cosas de manera interna?”, comentó en entrevista, el maestro Abraham Vergara Contreras, Coordinador de la Licenciatura en Contaduría y Gestión Empresarial de la Universidad Iberoamericana.
El resultado: informalidad y empleos formales más precarios que los informales, y pobreza.