La CNDH expone deficiencias de la Comar e INM en atención a migrantes
Por Redacción/Proceso
CIUDAD DE MÉXICO (apro). La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) alertó sobre la falta de capacidades institucionales para atender el flujo migratorio procedente de ciudadanos originarios de Centroamérica y de países como Venezuela, que huyen de la violencia, impactando en 578% las solicitudes de refugio en el país.
En conferencia de prensa, al presentar la recomendación 35/2017, el quinto visitador de la CNDH, Edgar Corzo Sosa, destacó que, ante la expectativa de que los “flujos migratorios continuarán, la pregunta es si las instituciones como la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y el Instituto Nacional de Migración (INM) están preparados para dar respuesta a los flujos de ciudadanos del triángulo norte de Centroamérica y Venezuela, quienes están solicitando refugio ante los altos índices de violencia e inseguridad”.
Corzo Sosa destacó que durante la investigación que dio lugar a la recomendación dirigida a Anel Sánchez Jonhson, coordinadora de la Comar, y al comisionado del INM, Ardelio Vargas Fosado, se advirtió la falta de capacidad por lo menos de la primera dependencia para procesar las solicitudes de refugio formuladas por migrantes, sobre todo de aquellos que están viendo a México como país de residencia.
En la conferencia, Edgar Corzo destacó que en 2016 las autoridades migratorias mexicanas detuvieron a 186 mil 216 personas, y de enero a julio de este año han sido detenidas 52 mil 106 personas, procedentes en su mayoría del triángulo norte de Centroamérica.
También destacó que, en lo que va del año, 10 mil 262 personas solicitaron el refugio, de las que 2 mil 668 son de origen venezolano, de las cuales 601 han obtenido el reconocimiento de refugiados.
Al referirse al incremento de solicitudes de refugio, Corzo Sosa destacó que, mientras en 2013 hubo sólo 28 solicitudes, en 2016 sumaron 3 mil 76, y en lo que va de este año mil 357.
El quinto visitador llamó la atención sobre las solicitudes de asilo por parte de niños, niñas y adolescentes, que el año pasado fueron 242 y sólo se reconoció la calidad de refugiados a 103, “cifra que no tiene nada que ver en proporción a los 40 mil menores no acompañados que ingresaron a México”.