Basta con estar en el lugar equivocado para ser detenido en México, acusa Amnistía Internacional
Por Redacción/Animal Político
¿Qué tienen un común un estudiante de la UNAM, un adolescente maya y un vendedor de dulces en Nezahualcóyotl, Estado de México? Los tres fueron detenidos de forma arbitraria, denunció la organización Amnistía Internacional.
En mayo de 2013, Enrique Guerrero Aviña conducía su auto en las inmediaciones del Estadio Azteca, cuando notó que un grupo de hombres lo perseguía en una camioneta. El joven, en ese entonces de 28 años y estudiante de Filosofía y Letras de la UNAM, trató de escapar, pero le fue imposible. Fue interceptado en el cruce de Ermita y Churubusco y, contra su voluntad, fue subido a una camioneta, donde lo interrogaron.
Le preguntaron direcciones e identidad de líderes sociales. Enrique estaba confundido y temeroso, así que no proporcionó datos. Posteriormente, los sujetos lo llevaron a una Agencia del Ministerio Público Federal, donde lo acusaron del secuestro de dos sobrinos del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, en Oaxaca.
Al presentar el primer informe: Falsas sospechas: Detenciones arbitrarias por la policía en México, Amnistía Internacional (AI) concluyó que a Enrique lo detuvieron arbitrariamente, no se le permitió comunicarse con su familia o con un abogado y fue torturado de manera verbal y física.
A pesar de eso, Enrique permanece detenido en un penal federal en Jalisco, por su supuesta participación en un secuestro.
“Su aprehensión no terminó ese día; esto ha sido una larga noche de cuatro años, de intentar demostrar no solo su inocencia sino todas las vejaciones a las que ha sido sometido”, afirmó Lenika Morales, esposa de Enrique, durante la presentación del informe de Amnistía Internacional.
Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional, dijo que “generalmente, las detenciones arbitrarias son conocidas en países autoritarios, donde se utilizan para callar las voces de disidencia”; sin embargo, en el caso de México, “es suficiente estar en lugar y el momento equivocado” para que a una persona pueda ser detenida de forma arbitraria.